Hoy en día, el estereotipo de belleza exige una sonrisa blanca y luminosa. Los dientes blancos son considerados sinónimo de limpieza, belleza, juventud y salud. En la actualidad, se valoran especialmente los dientes simétricos, blancos, bien contorneados, alineados y en armonía con los tejidos blandos. Una sonrisa radiante no solo mejora la estética facial, sino que también refuerza la confianza y la percepción de bienestar general.
Las alteraciones en el color ideal de los dientes pueden mejorarse mediante el blanqueamiento dental, la opción más conservadora y en constante evolución. Este tratamiento se define como el aclaramiento del color de los dientes mediante la aplicación de un agente químico y, a veces, luz, que penetra a través del esmalte y la dentina. La dentina, responsable en gran medida del color del diente, es donde se produce el blanqueamiento.